“La calidad no se improvisa”

Es una frase que se escucha mucho en la cotidianidad de las empresas colombianas y que repercute tanto en los niveles de venta del producto, como en el reconocimiento de la empresa y el posicionamiento de su nombre.

Usualmente se relaciona la calidad con la percepción de cada consumidor o cliente, vemos la importancia de que esta satisfacción se vea resuelta con el cumplimiento de los requisitos que tienen nuestros compradores o contratantes, pues si bien es cierto calidad se define como “Grado en el que un conjunto de características inherentes de un objeto cumple con los requisitos.”. Se puede invertir en buenos materiales, contratar a los mejores trabajadores en el ramo, sin embargo, no por esto será la fórmula del éxito. Como empresarios sabemos que lograr la calidad no es fácil si no se tiene establecida una guía para lograrlo y el rumbo que debemos tomar.

Una de las herramientas disponibles es la estructura definida por la ISO9001, la cual es la Norma Técnica Internacional que brinda los requisitos para implementar y mantener un Sistema de Gestión de la Calidad. Este último se define como un conjunto de elementos (Documentos como políticas, procedimientos, formatos, registros, instructivos, guías) interrelacionados o que interactúan entre sí y permiten estandarizar la operación de las empresas de manera que se logre el resultado esperado.

La gestión de calidad no solo es documentación

¡Pero atentos! un Sistema de Gestión de la Calidad no es solo la documentación, también hacen parte de él la determinación de objetivos y metas, definición de procesos que sean medidos por su desempeño, la armonización de estos procesos, establecer y asegurar el liderazgo en la compañía, contar con un equipo de trabajo competente y comprometido con los objetivos de la organización. Todos estos son elementos o requisitos que se contemplan dentro del Sistema de Gestión de Calidad ISO9001, descritos de manera clara y flexible, pero que buscan rigurosidad y disciplina para lograr la competitividad de la empresa en el mercado.

Es importante reconocer que la última actualización de la norma en el año 2015 tuvo un avance hacia la flexibilidad y practicidad de los sistemas. Los documentos no están sujetos a tanto rigor como en la versión anterior, sin embargo, es importante la conservación de registros para garantizar el cumplimiento y trazabilidad en las actividades planificadas y realizadas. Así mismo se orienta al Sistema en general como un mecanismo de prevención ante situaciones potenciales, tomando como fuente las siguientes bases:

Contexto de la organización interno y externo. ¿Cómo factores externos y las condiciones propias nos pueden afectar?.
Partes interesadas. Los requisitos y expectativas de aquellos que tienen interés sobre el desempeño de la empresa.
Gestión de riesgos y oportunidades. Identificar para planificar y actuar en planes que permitan mitigar los riesgos y potencializar a la empresa a través de las oportunidades.
Toda esta labor en general, se sigue complementando con herramientas determinadas por la ISO9001 como auditorías, mejora continua y revisión por la dirección. La articulación puede parecer difícil al comienzo, pero con la experiencia adquirida se van afinando procesos y logrando la mejora contínua.

Nuestra invitación es, implementar ISO9001 en tu empresa de la mano de expertos orientados hacia la agilidad de los procesos, conozcámonos y lleva tu empresa al éxito sostenido.